PINTURA AL FRESCO MICÉNICA

La "Dama de Micenas" constituye uno de los productos más excelsos de la pintura micénica tardía por la calidad del dibujo y por su rica policromía, Siglo XII a.C (Museo Arqueológico Nacional, Atenas)


scanner y colección Los Valientes Duermen Solos
PINTURA AL FRESCO MICÉNICA (1600 aC - 1150 aC)
LAS GRANDES PINTURAS EN EL ORIENTE MEDITERRÁNEO

"La difusión de la pintura al fresco no sólo a islas de la cultura minoica, como Rodas o las ciudades cicládicas, sino también al continente, o al menos Micenas y Tirinto (Wace, 1923: 159; Kilian, 1978b: 213 y 1988a: 134), es un hecho notable del período de los Segundos Palacios. De hecho, los frescos abundan más en Akrotiri que en ningún otro lugar de Creta, excepto Cnosos. En fecha reciente, Morgan ha defendido la idea de que Akrotiri fue la que ejerció mayor influencia sobre Hagia Irini y Filakopi, aunque éstas dos tuvieran también contactos de menor importancia con Creta, y también la existencia de una escuela cicládica, con sus temas propios (1990). Es muy probable. pero permanece oscuro el modo cómo se transmitían los temas y el modo de tratarlos, y lo mismo sucede, en general, con el origen de la pintura al fresco micénica. Las abundantes concidencias temáticas entres los frescos micénicos y los del último palacio de Cnosos indican que fue a principios de los Terceros Palacios, no antes, cuando este arte se estableció sólidamente en la Grecia Continental. Los frescos del último palacio de Cnosos muestran una técnica más tosca, que se concreta, por ejemplo, en el empleo de gruesos contornos que también aparecen en muchos frescos del continente. No parece, sin embargo, que debamos interpretarlos como consecuencia del influjo de la Grecia continental sino que, más bien, su presencia en el continente indica que se deben atribuir a una menor habilidad y a una deficiente preparación, del mismo modo que los frescos micénicos en donde no se aprecian tales deficiencias no son necesariamente más antiguos: sencillamente, los hicieron pintores mejor preparados. Todo esto no quiere decir que en los frescos más recientes no se pueda apreciar una clara pérdida de calidad: en ocasiones vemos que se han malinterpretado algunos convencionalismos de la pintura más antigua, y en un ejemplo famoso de Tirinto la cola de un toro se pintó mal dos veces y los errores quedaron a la vista de todos, sin ocultarlos. El hecho de que este ejemplo formaba parte de una escena de salto de toro destaca el respeto mostrado hacia la pintura minoica. De hecho, dado que este arte claramente desaparecido de Creta tras la destrucción del último palacio de Cnosos (pero Immerwahr, 98-99, contiene algunos indicios de frescos postpalaciales en Cnosos) los pintores supervivientes es posible que emigraran a la Grecia Continental, para trabajar en los palacios. No sólo se llevaron consigo las técnicas, el método de división de las paredes y el empleo tanto de la miniatura como de las figuras a tamaño natural, sino también las procesiones de mujeres con ropas de estilo minoico, las escenas de salto de toro y las fachadas arquitectónicas (también los genios minoicos). Tengo la sensación de que se pintaban las paredes porque era algo tradicional: muy poco probable que el salto del toro se practicase alguna vez realmente en Grecia continental y cabe preguntarse si las mujeres micénicas de clase alta eran tan minoicas en apariencia, siquiera en ocasiones solemnes. Las representaciones de divinidades, como por ejemplo la mujer con casco que transporta un grifo, en Micenas (Morgan, 1988) a menudo tienen un aspecto minoico. Hay un grado mayor de convencionalismo y se pierde un poco el naturalismo minoico, aunque aún pueden verse elementos muy vivos en las escenas narrativas de caza o de guerra, que entran pocos paralelos en el material de épocas anteriores y podría estar reflejando, al igual que sucede con los demás productos artísticos, la ideología del grupo dirigente en Micenas. Hay una clara preferencia por los dibujos geométricos o las filas de animales, y los frescos del suelo, que abundan en las habitaciones más grandes o en los accesos a ellas, siempre parecen responder al dibujo de una rejilla de cuadrados o rectángulos rellenada con los motivos tradicionales. Aunque en todos los palacios se encuentran restos de frescos, la información que tenemos es muy fragmentaría y raras veces nos permite intuir temas elaborados, salvo en Micenas, pero los fragmentos descubiertos en lugares como Zigures, Eleusis, el Meneleo y Nicora indican que los edificios importantes, aunque fuera localmente, podían albergar habitaciones muy simplemente decoradas. Este arte se empleó también para decorar otras cosas, como siempre había sucedido en Creta (véase sobre todo el sarcófago de Hagia Tríada), incluyendo los grandes hogares ceremoniales en los palacios, lo que podía ser una balaustrada en Tirinto y probables altares en Pilos (patio 92) y Micenas (habitación 31). Con todo, era un arte demasiado vinculado al palacio para sobrevivir a su destrucción: una representación femenina hallada en Micenas en un contexto del HR IIIC podría no ser de esta fecha (Immerwahr, 119-120) y el único ejemplo segundo del período Postpalacial es en la pintura de un vaso, atribuido al pintor del Vaso de los Guerreros, en la estela de la T.70, en Micenas (Immerwahr, 149-150)."
OLIVER DICKINSON, La Edad del Bronce Egea. Madrid: Akal (1994)


La llamada "Parisina", fragmento de un fresco procedente de Cnosos; se trata de la representación de una joven mujer cretense, probablemente una sacerdotisa (Museo Arqueológico, Heraklión).