CEFISODOTO



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CEFISODOTO (Atenas)
PERIODO CLASICO EN EL ESPACIO TIEMPO

"Grecia, y sobretodo Atenas, fue y sigue siendo la mejor representación del clasicismo, junto con Roma, pero mucho más y antes que ésta. Y así fue incluso después de que se descubrieran otras realidades muy alejadas del período clásico en el espacio y en el tiempo: Cnosos, Thera, Micenas, Troya, Delfos, Olimpia, y también Termos, la isla de Egina, Mesenia, vecina y enemiga de Esparta, Olinto, en su península calcifica o, en tiempos más recientes, las tumbas reales macedonias de Vergina. Así, a pesar de la evidente complejidad del "fenómeno griego", de sus orígenes, de su desarrollo histórico y de sus contaminaciones culturales (el vecino Oriente, Egipto, los Balcanes)), la idea que prevaleció fue la de un movimiento creativo autónomo, absoluto y cristalino: una especie de "milagro griego", del cual toda la civilización occidental iba a ser deudora para siempre."  



El arte de los griegos se mantuvo durante largo tiempo ligado al mundo de los dioses; incluso cabría decir que siempre lo estuvo y no de distinta manera que los milenarios modelos orientales. Fue, en efecto, un arte impregnado de valores religiosos; pero, a diferencia de los modelos en los que podían inspirarse, el gran mérito innovador de los griegos, no siempre reconocido por los estudiosos modernos (que insisten más bien en el perfeccionamiento de las técnicas) fue la reducción del arte a la dimensión humana, la humanización de las figuras y personajes: fue éste un proceso que, al acercar las obras artísticas a los hombres, abría su mente y los educaba en el marco de las nuevas sensibilidades. Por todo lo expuesto hasta aquí, los antiguos helenos y su cultura corren el riesgo de desaparecer o de permanecer en un rincón de sombras, permaneciendo en circulación en un ámbito reducido y conceptualmente aproximado.



Retrato de la diosa atenea tocada con el yelmo; se trata de la copia de una estatua del escultor ateniense Cefisodoto, padre de Praxíteles. Siglo IV A.C. Irene y Pluto (Paz portando la riqueza) es su escultura más importante, y que corresponde a un encargo para los dos congresos panhelénicos por la paz (374 A.C.)