JOHANNES VERMEER




scanner y colección Los Valientes Duermn Solos
JOHANNES VERMEER VAN DELFT 
JOANNIS VER MEER, JOANNIS VAN DER MEER, O JAN VER MEER
 (Delft, Holanda Meridional, 1632 - 1675) 
INQUEBRANTABLE A LO VISIBLE


"La pintura naturalista y meticulosa de la "realidad" alcanzó, entre 1650 y 1670, un grado de perfección insuperable: las obras de Vermeer, de Frans van Mieris, Willem Kalff, Adriaen van de Velde, Jacob van Ruisdael y tantos más son el mejor testimonio. Vermeer, cuya seguridad en la pintura -por lo menos en materiales, métodos y procedimientos del arte- no daba margen a la inquietud, resolvió de un modo diferente: no buscó refugio ni en la profusión de detalles en la que se complacen los jóvenes Van Mieris ni en la exageración expresiva de Pynacker u Ochtervelt: él escogió la estilización. Para comprender más fácilmente esta evolución podemos partir de la evolución de su obra. La composición ha sido liberada de todos los detalles anecdóticos de otros cuadros. Luz y sombra están distribuidas con más rigor que antes. Los distintos lados se destacan entre sí y sobresalen geométricamente del fondo; sombra y luz se disocian nítidamente. Sobriedad y pureza presiden el juego de líneas en toda la tela: evocan unas acanaladuras de columna griega. En los cuadros de Vermeer se manifiesta con claridad su preferencia por las líneas y los ángulos rectos. Para representar así una realidad simplificada, abstracta, Vermeer cambia de técnica una vez más. En lugar de unas transiciones muy graduales, aquí nos enfrentamos a la yuxtaposición de pequeñas manchas de colores claros y oscuros. Resulta útil comparar la creación de Vermeer con un cuadro de Frans van Mieris que guarda similitudes en el tema y la composición. La obra de Vermeer es posiblemente posteriores varios años a la de su colega. En Van Mieris, las manchas de luz se organizan sobre un fondo oscuro que desdibuja la pintoresca multitud de objetos. Vermeer, el elegir un fondo claro, estaba obligado a suprimir el objeto superfluo y equilibrar con el máximo esmero las masas subsistentes."

"La pintura por capas se basa en la opacidad de los pigmentos subyacentes, dados como entonantes en monocapa, y en los de las coas superiores, cada vez más transparentes según nos alejamos de la monocapa inicial. Se cumple, pues, la ley "fluido sobre pastoso" en el sentido óptico, y también "graso sobre magro", siendo las sucesivas capas cada vez más ricas en aglutinante graso. Los aglutinantes de las capas superiores también son más transparentes, comunicando al conjunto una cierta sensación de incorporeidad. De esta forma, la luz que incide sobre la pintura, penetra hasta la monocapa opaca, que la refleja, mezclándola en el trayecto con la luz filtrada por los pigmentos de las capas superiores. Si a este fenómeno físico, dominado por la transparencia, le sumamos el de la reflexión total interna que sufre la luz en las capas transparentes y que, luego de múltiples reflexiones internas, emerge, al incidir contra la cara de un cristal en ángulo favorable, se tiene el efecto de "piedra preciosa". Parece que los colores posean luz propia, sin ser fluorescentes, semejantes a esmaltes cerámicos y más parecidos a piedras preciosas convenientemente talladas. La calidad colorística que se alcanza es magnífica, no pudiendo ser superada por ninguna otra técnica pictórica. Así es cuando nos aspiramos al contemplar el pequeño cuadro de Vermeer, Criada vertiendo leche, y nos preguntamos de dónde habrá salido aquel azul inigualable del delantal. A esto se llama sacarle el máximo jugo al pigmento: el saber hacer indiscutible, el magistral dominio de la técnica. Estos efectos pueden lograrse mediante la superposición y yuxtaposición de pigmentos transparentes, opacos, semiopacos y cargas adecuadas, jugando también con el tamaño del grano. Lo que parecía ser un inconveniente en un pigmento industrial se convierte en una ventaja para un pigmento artístico, por lo que al tamaño de grano se refiere: el trabajo de las calidades pictóricas del color de Vermeer. Se pueden proponer varios ejemplos para constatar la aplicación práctica en la pintura por capas." 

"1. Capa de fondo dada con azurita mezclada con un poco de blanco de plomo para aclarar el tono subyacente, disponiendo así de más luz para las coas intermedias. Una capa intermedia de azurita de grano más grueso mezclada con azul esmalte y polvo de mármol de grano mediano. Por último una capa superior al barniz con lapislázuli mezclado con polvo de mármol de grano fino o azul esmalte. 2. Podemos considerar la misma disposición de capas (o estratigrafía) anteriormente mencionada, pero con variantes pigmentarías que invluyan la incorporación de pigmentos extraordinariamente transparentes como son los violetas de cobalto o lacas rojas (cochinilla, rubia, alizarina sintética), haciendo así virar los tonos azules hacia los morados. 3. Para la obtención de rojos en distintas tonalidades, se puede partir de mezclas de cinabrio y minio, o este último solo, anteponiendo capas de pigmentos laca color carmín, diluidos o no con polvo de mármol de grano fino. 4. También pueden practicarse semiveladuras utilizando pigmentos cubrientes como el mini y el cinabrio, mezclándolos con bastante polvo de mármol de grano fino sobre monocapas amarillas. La adición a los pigmentos de cargas transparentes, como el polvo de mármol de distintas granulometrías, favorece en gran medida el efecto ya comentado de la reflexión total interna."

"Conociendo como conocemos el modo de pintar del excelente Vermeer (Holanda, 1632) podemos comprobar ahora lo que hemos dicho en anteriores textos: que pintar un retrato no tiene por qué significar ningún cambio en el modo que el pintor haya adoptado para expresarse a través de su pintura. Vermeer trabajó en el estilo naturalista de Caravaggio y Rembrandt. Asimismo se ha especulado con que fuera alumno de Carel Fabritius, que a su vez había sido educado en el taller de Rembrandt. Ya se ha mencionado que además de su actividad artística, Vermeer trabajaba como experto en arte. Así, por ejemplo, comprobó la autenticidad de una colección de cuadros venecianos y romanos. Vermeer fue decano del gremio de San Lucas. Como todos los artesanos del siglo XVII debía pertenecer a un gremio para poder realizar su actividad y éste a su vez fijaba las reglas con las que trabajaban sus miembros. La posición de decano era muy influyente, lo que demuestra que Vermeer era un personaje respetado en Delft."