CUEVA EL CASTILLO

Período Magdaleniense, c. 19.000 – 11.000 años BP Mano en negativo. Pintura rupestre. Cueva de El Castillo, Puente Viesgo (Cantabria).


scanner y colección Los Valientes Duermen Solos
CUEVA EL CASTILLO 
(Período Magdaleniense, 19.000 – 11.000 años BP. Puente Viesgo, Cantabria)
LA GRAN SALA PREHISTÓRICA

"Esta cueva forma parte del gran sistema kárstico del Monte Castillo (Puente Viesgo), junto con cuevas de La Flecha, Las Chimeneas, La Pasiega y Las Monedas, además de otras menos conocidas. El Castillo es la primera del conjunto de cavidades con evidencias de ocupación prehistórica que se van abriendo sucesivamente en el contorno de dicho monte. El gran yacimiento del vestíbulo ha proporcionado materiales postpaleolíticos, en concreto la Edad de Bronce, algunos de ellos muy significativos: una punta de flecha de pedúnculo y aletas y un puñal con muescas de enmangue que nos proporcionan un contexto aceptable para este grupo de figuras esquemáticas, cuyas diferencias con el resto del conjunto, indudablemente paleolítico, precisan de una interpretación propia. Por otra parte, los materiales perteneciente a un enterramiento humano, en concreto un pequeño puñal de remaches, un punzón de asta y fragmentos de cerámica encontrados en las obras de acondicionamiento de la cueva, parecen proporcionar un contexto cronológico más directo, según las referencias de su localización. La sala de entrada es el área inmediata al gran vestíbulo del yacimiento, a la que se accede por una pequeña boca que delimita perfectamente ambos espacios. De alguna manera esta sala es, a su vez, un gran vestíbulo de techo muy elevado del que parten dos galerías que conducen hacia el interior de la cueva para luego seguir un único conducto en un nivel inferior. En esta primera zona es donde se localiza el objeto de nuestra atención, los llamados "hombrecillos" esquemáticos. Tanto por su ubicación en este espacio concreto como por la técnica y el color con que han sido realizados hay que distinguir de entrada, dos grupos: las figuras rojas y las negras. Las figuras rojas se localizan en el gran pilar central de la Sala, justo frente a la boca y en una superficie cóncava a 1,50m. del suelo aproximadamente; se han realizado en un panel donde existen también pinturas paleolíticas. Las mencionadas figuras se encuentran inscritas en una mancha de ocre que dificulta su identificación, y rodeadas por otros restos de pintura, aparentemente grupos de puntuaciones, aunque podría haber también restos de otros signos o figuras. Son dos representaciones humanas, de rasgos simples y estilizados; el trazo es ancho, espeso y de un rojo intenso. Se han pintado uno junto a la otra, de tal manera que algunos trazos se superponen; la figura de la izquierda es la de mayor tamaño (16cm.) y consta de un trazo longitudinal ancho que representa el tronco, la cabeza -ligeramente engrosada- y el sexo. Las extremidades superiores no son simétricas; así, mientras el brazo izquierdo es un trazo recto orientado hacia abajo, el derecho es un trazo curvado de mayor longitud cuyo extremo se arquea hacia adentro a la altura de la teórica cintura. Las inferiores se representan de forma similar, pero son más cortas. a la derecha de esta figura hay otra semejante aunque su descripción detallada se ve ve dificultada por las alteraciones de la pared; de hecho, la cabeza coincide con una oquedal natural de la roca. El tronco y el sexo son un mismo trazo rectilíneo del que parten las extremidades; tanto las superiores como las inferiores son asimétricas: el brazo izquierdo es un trazo horizontal corto, en tanto que el derecho es más largo y arqueado hacia abajo. Las piernas han sido trazadas con un cierto movimiento, la derecha mediante un trazo recto y oblícuo en relación con el tronco; la izquierda por el contrario es ligeramente curvada, como si estuviera levantada. A la izquierda de la Gran Sala, en un pequeño divertículo formado por la propia pared de la cueva y un gran bloque desprendido situado junto a ella, se encuentran las restantes representaciones; son siete figuras de color negro y de rasgos más esquematizados si cabe que las anteriores. Las enumeraremos de dentro hacia afuera: en la pared de la derecha, a 1.10 m. del suelo aproximadamente, se han dibujado dos representaciones -una encima de la otra- de trazos muy finos y coloración muy desvaída, de tono grisáceo, lo que dificulta enormemente su visualización. La figura superior está formada por un trazo longitudinal del que oarten las extremidades: muy largas y arqueadas los superiores. La figura inferior es semejante, con ligeras diferencias: las piernas son también arqueadas y los brazos están más cerrados. Frente a éstas, en la superficie interior del bloque, hay otra representación de color negro intenso y trazo discontinuo, gravitado. La línea central es simple, sin diferenciación de las partes del cuerpo. Las extremidades están representadas por dos ángulos en V invertida, a escasa distancia uno del otro y de longitudes similares, exceptuando el trazo superior derecho que es más largo. Las clasificaciones tipológicas del arte rupestre prehistórico han permitido definir una serie de características que también comparten otros tipos de arte prehistórico mueble y no mueble. Según el tipo de economía de las sociedades productoras de arte, se han establecido cinco categorías correspondientes a cazadores arcaicos, recolectores, cazadores evolucionados, pastores y ganaderos, y pueblos de economía compleja. En el área europea y mediterránea el arte paleolítico, que corresponde a la Edad de la Piedra Antigua en otras regiones, sólo abarca dos de la primeras citadas categorías. Los cazadores evolucionados, los pastores y los pueblos de la economía compleja poseen sus propias características que se reflejaron en el arte posterior al Paleolítico, es decir, de hace doce mil años."
YOLANDA DÍAZ CASADO, El arte rupestre esquemático en Cantabria; una revisión crítica. Santander: Universidad de Cantabria (1992)


Bandas de puntos rojos. Pintura rupestre. Cueva de El Castillo, Puente Viesgo (Cantabria).